Higiene

Aunque todos sabemos que la ducha es la forma más eficiente de lavar nuestro cuerpo, son muchas personas las que utilizan desodorantes para mantener controlado el olor corporal. Una de las grandes preocupaciones es que se nos note que estamos sudando, que se hagan cercos en la ropa o incluso desprender un olor desagradable por este motivo.

El sudor es un mecanismo de nuestro cuerpo para mantener la temperatura corporal estable, pero también puede aparecer en situaciones de estrés o ansiedad. A nadie le gusta sudar y mucho menos que nos haga pasar momentos vergonzosos. Es por esto que seleccionar un buen desodorante o antitranspirante es clave para poder controlarlo.

Muchas veces existe la confusión entre estos dos términos, ya que se emplea la misma palabra como si fuese un sinónimo, pero cabe destacar que se trata de dos productos diferentes.

Los antitranspirantes, como su nombre indica, ayudan a controlar el sudor y el olor corporal. Previenen que la sudoración llegue a la superficie de la piel y reducen el número de bacterias que causan el mal olor gracias a sus agentes antimicrobianos. Generalmente, funcionan a través de bases de aluminio o Zirconio que se disuelven al entrar en contacto con el sudor y la humedad, prolongando su acción hasta 24 horas.

Por lo contrario, los desodorantes se distinguen de los antitranspirantes en que solo contienen agentes antimicrobianos para controlar el olor. Es decir, no controlan los niveles de sudoración tapando los poros de la axila. Pueden llevar alcohol y su efecto dura el mismo tiempo que el aroma del perfume.

Ambos productos suelen contener perfume que ayuda a enmascarar los malos olores de la sudoración corporal. Al contener alcohol o sales de aluminio, hay muchas personas que no toleran alguno de los componentes de los desodorantes y antitranspirantes. Es importante hacer una prueba inicial para comprobar si tenemos alguna alergia a los ingredientes que componen estos productos.

Tipos de desodorantes

• Desodorante en spray: es el más usado por su comodidad y rápida absorción. Este tipo de productos pueden actuar también como perfume y pueden aplicarse en otras zonas del cuerpo. Hay que aplicarlo a una distancia adecuada para no dañar la piel y si tenemos la piel sensible es mejor utilizar alguno que no contenga alcohol.
• Desodorantes en roll-on: es un formato de fácil aplicación y produce una sensación de frescor al aplicarlo. Se aplica arrastrando una bola esférica por nuestra piel. De uso individual, se asocia sobre todo al cuidado de la piel y deja una sensación de humedad. Es recomendable buscar algún tipo de desodorante roll-on de secado rápido para evitar que manche la ropa.
• Desodorante en barra o stick: es un desodorante compacto que se aplica directamente sobre la piel. Este tipo de desodorante suelen ser más secos y a menudo contienen ingredientes calmantes para contrarrestar la irritación. Pueden dejar manchas en la ropa por su textura.
• Desodorante en gel o crema: es el formato menos usado, ya que su aplicación es más laboriosa que en el resto de formatos. Se aplica como si fuese una crema corporal y es una opción ideal para pieles sensibles o resecas, puesto que después de la aplicación la piel queda más hidratada.

Recomendaciones para el uso de desodorantes

Repasamos una serie de indicaciones para un mejor uso de los productos desodorantes y antitranspirantes:

• La aplicación de los desodorantes debe realizarse justo al salir de la ducha caliente, ya que los poros están abiertos y absorben todo el producto. Pero debemos hacerlo ya con la piel seca, porque la mayoría de desodorantes son para la aplicación sobre la piel seca.
• Debemos dejar un tiempo prudencial a la piel para que absorba el producto, de esta forma evitaremos la aparición de manchas en la piel.
• Recomendamos la depilación de las axilas, ya que de esa manera evitaremos el olor corporal desagradable. Si la depilación es reciente, aconsejamos el uso de productos sin alcohol, porque de esta manera evitaremos las molestas irritaciones.
• Tanto los parabenos como las sales de aluminio no se eliminan del cuerpo, sino que quedan almacenadas en nuestro organismo. Por este motivo, es recomendable no utilizarlos en exceso.
• Tener cuidado con el empleo de desodorantes durante el embarazo o la lactancia y no usar cosméticos de adultos en niños.

Los desodorantes TOP VENTAS

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A todas las personas les gusta tener una buena salud para mejorar su bienestar general. El cuidado de la boca y su estado son indispensables para nuestra salud integral. En los humanos, la boca es parte principal de la digestión, el habla y la respiración; por este motivo es fundamental cuidarla y mantener una higiene correcta. Es importante cuidar nuestra boca durante todas las etapas de nuestra vida, ya que a partir de los seis meses aparecen los primeros dientes y hay que mantenerlos sanos.

Disfrutar de una sonrisa mucho más bonita y sin miedo, se puede conseguir a través de una buena rutina del cuidado bucodental. Mantener una correcta higiene puede ayudar a prevenir problemas de salud. Por este motivo, debemos limpiar todos los días, además de nuestros dientes, la lengua, las encías, el paladar y el interior de las mejillas. Para tener una buena higiene dental, lo más importante es el cepillado y la pasta dentífrica. Existen varios tipos de técnicas de cepillado, pero la más adecuada es la que elimina por completo los restos de comida, en un tiempo adecuado y sin causar ningún tipo de lesión en los tejidos.

Posibles enfermedades

Una mala higiene o la ausencia de ella, puede provocar dolencias bucodentales. Si no se elimina correctamente la placa bacteriana, pueden producirse diferentes problemas o enfermedades:

• La caries implica la destrucción progresiva del diente, que se va desmineralizando y se forman agujeros. Esta dolencia puede provocar dolores fuertes, sobre todo ante el contacto con el calor, el frío y el azúcar. En su aparición influyen la placa bacteriana, la alimentación, y la fragilidad de los dientes, ya que hay personas cuya dentadura es más propensa a este problema.
• La gingivitis es la inflamación de las encías por la acumulación de placa dental, que se hinchan y sangran. Se puede curar sin secuelas porque solo afecta a la encía.
• La periodontitis es una forma más severa de la gingivitis que tiene carácter infeccioso. Afecta a los ligamentos y al hueso que soportan el diente y, con frecuencia, provoca la pérdida de la pieza dental.
• El sangrado de las encías nos alerta de un problema en los tejidos de soporte del diente y puede requerir de tratamiento para curarla.
• La inflamación es un síntoma a tener en cuenta, pero muchas veces a causa del tabaquismo o el uso de enjuagues antisépticos puede esconderla.
• La halitosis o mal aliento es el resultado del metabolismo de las bacterias que produce compuestos sulfurados, como resultado de una mala higiene.

Recomendaciones para cuidar tus dientes

Cuidar correctamente tu boca es muy importante para la salud general de tu cuerpo y, especialmente, para la boca. De esta manera evitaremos las operaciones bucales o tratamientos más agresivos con nuestro cuerpo. Los dientes son blancos por naturaleza, pero la ausencia de cuidado puede provocar que se vuelvan amarillos. Los tratamientos blanqueantes o un blanqueamiento dental puede ser la solución, pero es aconsejable cuidar los dientes con los tratamientos menos dañinos. A continuación, os indicamos una serie de recomendaciones para el cuidado bucodental:

• Cepillarse los dientes después de cada comida, al menos dos veces al día durante un tiempo de dos minutos. Asegurándonos de haber limpiado correctamente todas las piezas. Es fundamental realizar un cepillado profundo antes de irse a dormir.
• Tener una dieta sana y equilibrada, evitando las bebidas y alimentos azucarados; y que potencie el consumo de alimentos ricos en calcio y vitaminas A y C. Alimentos como frutas, verduras o lácteos favorecen el cuidado de la salud de tu boca, además de masticar correctamente los alimentos.
• Los chicles, sin azúcar, pueden ayudar a la limpieza de tu boca, ya que provoca más saliva y ayuda a reforzar el sistema inmune para defenderse de las infecciones.
• Limpiarse los espacios interdentales, debe utilizarse un cepillo interproximal o hilo dental. Se aconseja usar alguno de los dos preferiblemente por la noche para eliminar los restos de comida y la limpieza de todas las caras del diente.
• Cepillarse las encías con suavidad para no dañarlas.
• Emplear un dentífrico con flúor para prevenir la caries. También podemos usar enjuagues bucales con flúor.
• Limpiar la lengua correctamente, frotando suavemente hacia delante utilizando el cepillo de dientes o un limpiador lingual.
• Evitar el tabaco y el alcohol que son factores de riesgo importantes de un gran número de patologías.
• Cambiar el cepillo dental regularmente cada 3 meses y realizar una visita odontológica cada medio año, así como una limpieza bucal.
• Muchos dentistas recomiendan usar algún enjuague bucal para completar nuestra limpieza, además de recomendar los cepillos eléctricos por sus movimientos que pueden ayudarnos a limpiar mejor la placa bacteriana.
• Concienciar a nuestros niños de la importancia de la higiene bucal, ya que así desde pequeños pueden habituarse a la rutina de la limpieza de la boca y ayudar a prevenir enfermedades.

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